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martes, 24 de enero de 2012

Coisas do genero: cobertura colaborativa

Gracias Carlojo y Mara por sus completísimas notas acerca del Encuentro.
Compartimos con nuestrxs lectorxs la reseña de una noche hiper memorable: la presentación de Coisas do Género en el Teatro Municipal de Quetzaltenango.

En la tarde del lunes, 23 de Enero, se celebró la primera obra en el Teatro Municipal de Quetzaltenango, con un aforo completo, siendo parte del Segundo Encuentro Latinoamericano de Teatro del Oprimido. Coisas de Género es el título de la obra, que fue representada por la Compañía de Teatro del Oprimido de Río de Janeiro, Brasil, fundada en 1986.



La representación carecía de diálogos, representando de esta forma la estética del oprimido a través de las imágenes y la escenografía, estando acompañada en todo momento por los ritmos brasileños que tocaba en directo la orquesta de la propia compañía. Coisas de Género intenta mostrar, desde un toque humorístico, el patriarcado patente en las relaciones de parejea, así como la presión y condicionamiento social al que se encuentran sometidos tanto hombres como mujeres, llevándose el género femenino la peor parte.

Todo comienza con el nacimiento de un niño y una niña, mostrando cómo desde sus propias condiciones naturales, desde su curiosidad innata, estos tienden a experimentar y disfrutar con el juego a partir de todos los medios a su alcance, sin apreciarse gran diferencia entre las inquietudes primarias del niño y de la niña. Desde ese primer momento, sus progenitorxs están bien atentxs para corregir los comportamientos de lxs infantes, en función de lo que ellxs consideran socialmente correcto. El acto de control paternal para el niño y maternal para la niña -cada cual está sometido al seguimiento del rol social que corresponde a su propio género-, limita las capacidades naturales de éstxs, y modela su propio desarrollo hacia el prototipo social de lo que debe ser un hombre y una mujer “de bien”.

La siguiente escena muestra un primer encuentro sexual de lxs protagonistas, ya crecidxs. Lxs actores/actrices expresan muy claramente esa desinhibición, esa libre entrega sexual entre dos personas que se desean. Éstas son sorprendidas y reprendidas por sus xadres, quienes empujadxs por la siempre agobiante presión social les obligan a contraer matrimonio. Es el hombre, como dictan los cánones sociales, el que -muy machito- pide matrimonio a la ilusionada y querida joven, quién empujada por la habitual presión de su entorno, que quizá le impide razonar libremente, acepta gustosa la petición.

A partir de esta imagen, la obra se centra sobre todo en los abusos propios de una sociedad patriarcal capitalista a los que están expuestas todas las mujeres “que no se salen del rebaño”: todas las tareas domésticas, así como el cuidado de la niña recién nacida tras el matrimonio,  recaen sobre ella; abusos sexuales en el trabajo; explotación laboral propia de las formas económicas que nos dominan; sentimiento de culpa por no atender correctamente todas las tareas que se le imponen; desilusión, impotencia, resignación...por no entender que el resto de sus días vivirá la misma abusiva monotonía. Mientras tanto, el hombre disfruta plenamente de sus actividades de ocio -no sin la correspondiente alienación hegemónica representado en el capitalismo patrialcal.


Al finalizar la obra llega el turno de lxs espectactores. Con sus interenciones tratarán de cambiar el desarrollo de la función tal como se representó, basándose en la metodología del teatro foro,  buscando unas vivencias más justas para lxs protagonistas que les permitan llevar una vida más plena. Las intervenciones de éstxs consistieron en comentar en un primer momento qué cosas cambiarían del comportamiento de la protagonista y, en muchos casos, estó derivó en interpretaciones en las que se pusieron en su lugar, y trataron de actuar como pensaban que debía hacerlo en momentos puntuales para así no caer en los abusos ya mencionados.

Las escenas más cambiadas fueron: el momento de la boda -proponiendo retrasar el matrimonio, no contraerlo aceptando perder el miedo a la soledad, modificando así el patrón social y llegando al acuerdo prematrimonial de reparto de tareas-, el momento de la petición de matrimonio-no aceptando la petición-, momento de agobio de la mujer por la cantidad de trabajos domésticos y  no reconocimiento de la economía de cuidados, mientras su marido disfruta con sus amigos -reclamando la no involucración en los asuntos domésticos a los miembros ajenos a la familia-, en el trabajo -practicando la autodefensa después de varias muestras de opresión continuada por parte de su compañero de trabajo y la pasividad y por ello aceptación por omisión del patrón.

La conclusión general de lxs allí presentes es que es tarea común, tanto de hombres como mujeres, hacer el esfuerzo de rechazar el condicionamiento social al que nos vemos todos sometidos, desde el mismo momento en que tengamos conciencia de ello. Este rechazo es condición necesaria para acabar con la violencia que el propio sistema social patriarcal representa y nos convierte a unos en opresores y a otras en oprimidas. Además de ello, como conclusión personal, añadir la enorme importancia que conlleva la erradicación de las estructuras sociales de dominación que nos oprimen, y su manipulación intrínseca desde el mismo momento del nacimiento para ambos géneros, como única condición para generar unas relaciones sociales más justas, solidarias e igualitarias.

Carlojo y Mara

1 comentario:

  1. Simplesmente lindos, VIVA BOAL, HOJE AMANHA E SEMPRE, VIVA A CULTURA BRASILEIRA E MUNDIAL.

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